
DIMENSIÓN RELIGIOSA DEL SER HUMANO
CONTENIDOS
La dimensión religiosa del ser humano incide en una visión antropológica
y social. El objetivo de esta ficha es mostrar cómo el estudio
del fenómeno religioso conlleva inseparablemente el estudio del
hombre.
- Lo religioso
Lo religioso es un fenómeno esquivo que se manifiesta en formas
múltiples: desde la creencia en un Dios personal hasta la adoración
de fuerzas naturales impersonales, desde la invocación como gesto
originario dirigido a lo absolutamente Otro hasta el conocimiento de
uno mismo. En todo caso tiene que ver con el misterio y con el sentido
global y último de la existencia de los individuos o de los grupos.
El tratamiento científico de la religión comienza en el siglo XIX
con los estudios de M. Müller. Desde entonces han proliferado
aproximaciones desde la historia, la cultura, la sociología o la psicología.
Se trata de abordar el hecho religioso tal como aparece
en la historia y en la sociedad. Por eso las ciencias de la religión
forman parte de las ciencias humanas y sociales. Lo religioso, como
el hombre, es polifacético y requiere una aproximación interdisciplinar.
Y hay que tener siempre en cuenta que la religión no
es un hecho puramente racional, sino que está dotada de recursos
afectivos, morales, estéticos, etc. De otro lado, lo religioso
aparece como un hecho constante, pero diseminado. Por último,
hay que señalar cómo el hecho religioso resiste a los esfuerzos de
reducción que se han intentado y, a la vez, la frontera entre lo religioso
y lo no religioso es difícil de trazar. La tarea de las ciencias
de la religión consiste en un trabajo científico que conjuga los datos
empíricos, la intencionalidad religiosa y la experiencia del
hombre religioso.
Los fenómenos religiosos se muestran como hechos, conductas,
instituciones, ideas, cultura, cambios, etc., pero también como una
apertura al misterio. No hay religión que no esté inserta socialmente;
tampoco la hay sin la dimensión del misterio, cobre este término el
sentido que sea. El enfoque sociológico es por tanto necesario y se
efectúa desde diferentes perspectivas: desde la relación ortodoxiaherejía
o, mirando las instituciones, desde el punto de vista del poder
(y el distanciamiento del hombre religioso) o desde la necesidad de
seguridad mediante la organización del pensamiento y la acción.
También hay que tener en cuenta que las metodologías científicas
son distintas, pero no necesariamente excluyentes; es mejor operar
con ellas como aproximaciones complementarias a la realidad. Los
enfoques sociológicos, sin embargo, son necesarios, pero insuficientes.
El ser humano es multidimensional y hay que seguir las modalidades
distintas y convergentes de su realidad. A través de ellas se
deja notar la concreción del mysterium; las expresiones religiosas
son un modo de nombrar lo inadecuado, lo que escapa al mundo de
lo empírico. Por eso hay que tratar de conjugar los datos científicos y
la manifestación del misterio y con ello sacar a la luz las lógicas distintas
presentes en la plasticidad de la vida humana y que no quedan
reducidas a la lógica tecno-económica.
De una manera sencilla hay que hacer notar el cambio de las estructuras
sociales de la sociedad moderna (especialización, complejidad,
diferenciación) en que siempre persiste algo y siempre aparece
lo nuevo y destacar la crisis general de las instituciones - también de
las instituciones religiosas. Dos cuestiones: ¿Es posible una vida religiosa
sin instituciones? Segunda: la complejidad de las relaciones interhumanas
en nuestro contexto cultural –producción tecnológica,
economía, burocracia, pluralidad de mundos de vida social– plantea
con particular agudeza la dificultad del sentido en la existencia humana.
Por ahí va una crítica de las instituciones desde el punto de vista
sociológico y también un proceso de desconstrucción desde la experiencia
religiosa (místicos, profetas). No cabe duda de la importancia
de la institución para la identidad de los individuos y de los pueblos,
pero la mecanización moderna despierta una crítica que no se apaga
en el ser humano. De ahí una crítica sociológica y una crítica propiamente
religiosa desde la misma experiencia de la religión.
El misterio: es lo que las ciencias religiosas llaman lo numinoso –
tremendum et fascinans– que provoca asombro, temor, admiración,
confianza y lleva a la conversión o a un proceso de iluminación. Lo sagrado:
un modo de ordenación o de sentido que supone una ruptura
de nivel con respecto a la vida ordinaria, es algo superior y originario.
Actitud religiosa: reconocimiento del misterio y búsqueda de salvación;
escapa al control y así se diferencia frente a la magia. Experiencia
religiosa: no se identifica con el conocimiento ni con la moral o una
determinación social. Expresión: Mitos, ritos, oración, pureza...
El hombre busca pasar del caos (muerte) al cosmos (la armonía):
esa es la apertura al mysterium (lo desconocido) que encuentra en sí
mismo y alrededor del él; sin embargo, no todo fenómeno religioso se
mueve hacia la transcendencia. Puede orientarse hacia fuerzas inmanentes
naturales. La apelación a la transcendencia es más propia
de las religiones proféticas monoteístas y su signo es la apertura a lo
absolutamente Otro. En esa búsqueda de lo Absoluto (Dios) se producen
experiencias de lo incondicional que dan sentido a la propia vida.
La religión es una intencionalidad transcendente de las cosas finitas
hacia lo incondicionado que atañe al ser humano incondicionalmente.
No tratamos de alargar la reflexión. Se puede abrir el debate
sobre Dios y la religión; la crítica clásica de Feuerbach o Marx, de un
lado o, del otro, cabe explicar el tema de la religación en Zubiri –anterior
a la afirmación o la negación de Dios– o el carácter incondicional
de la vida humana –el valor sagrado de cada vida humana– o la
inexcusabilidad de la responsabilidad ética por los otros.
TEXTOS
”El hecho religioso designado con el término “religión” aparece en
la historia humana bajo las formas múltiples y extraordinariamente variadas
de las diferentes religiones atestiguadas en la historia de la humanidad.
Las formas concretas que reviste son tan numerosas y tan
diversas entre sí que no faltan autores que se preguntan si resulta
operativo y suficientemente riguroso utilizar el mismo término para designar
hechos tan diversos como las actividades mágico-religiosas
atestiguadas por los documentos mudos de la prehistoria, la vida toda
ella impregnada de sacralidad pero mezclada también de ribetes mágicos
o animistas de las poblaciones pre-literarias o primitivas. Los
mitos y cultos politeístas de las grandes culturas de la Antigüedad y
las grandes religiones surgidas a partir del denominado tiempo-eje y
que siguen orientando la vida de miles de millones de seres humanos
en la actualidad. Incluso ateniéndonos a estas últimas, las diferencias
entre hechos como el budismo y el hinduismo, por una parte, y el judaísmo,
el cristianismo y el islamismo, por otra, son tan importantes
que cabe preguntarse si resulta operativo y suficientemente riguroso
designarlos con el término común de religión” (MARTÍN VELASCO, J,
en VV AA: Religión, Madrid, Trotta, 1993 125)
”La etnología religiosa es una etnología de la práctica porque solamente
a través de la práctica el hombre hace esfuerzos para captar
las fuerzas transcendentes o para comunicarse con lo sagrado. Toda
religión es un compromiso. Eso no quiere decir que no pueda ser, al
mismo tiempo, un “conocimiento”, pero se trata de un conocimiento
de otro tipo, al cual se llega mediante los intercambios vitales y no
mediante los intercambios racionales de signos” (G. BASTIDE, citado
por DUCH, LL.: Religión y mundo moderno, Madrid, PPC, 1995, 115)
ACTIVIDADES
– Comentar el film de Bergmann: El séptimo sello.
– Dialogar sobre el sentido de lo religioso en la vida del hombre.
– Hacer un intento de descripción de la experiencia religiosa.
– Establecer un debate entre justificación y crítica a la religión.