lunes, 24 de septiembre de 2007

´DIMENSIÓN RELIGIOSA DEL SER HUMANO


DIMENSIÓN RELIGIOSA DEL SER HUMANO




CONTENIDOS
La dimensión religiosa del ser humano incide en una visión antropológica
y social. El objetivo de esta ficha es mostrar cómo el estudio
del fenómeno religioso conlleva inseparablemente el estudio del
hombre
.





  1. Lo religioso

Lo religioso es un fenómeno esquivo que se manifiesta en formas
múltiples: desde la creencia en un Dios personal hasta la adoración
de fuerzas naturales impersonales, desde la invocación como gesto
originario dirigido a lo absolutamente Otro hasta el conocimiento de
uno mismo. En todo caso tiene que ver con el misterio y con el sentido
global y último de la existencia de los individuos o de los grupos.

  • Las ciencias de la religión
    El tratamiento científico de la religión comienza en el siglo XIX
    con los estudios de M. Müller. Desde entonces han proliferado
    aproximaciones desde la historia, la cultura, la sociología o la psicología.
    Se trata de abordar el hecho religioso tal como aparece
    en la historia y en la sociedad. Por eso las ciencias de la religión
    forman parte de las ciencias humanas y sociales. Lo religioso, como
    el hombre, es polifacético y requiere una aproximación interdisciplinar.
    Y hay que tener siempre en cuenta que la religión no
    es un hecho puramente racional, sino que está dotada de recursos
    afectivos, morales, estéticos, etc. De otro lado, lo religioso
    aparece como un hecho constante, pero diseminado. Por último,
    hay que señalar cómo el hecho religioso resiste a los esfuerzos de
    reducción que se han intentado y, a la vez, la frontera entre lo religioso
    y lo no religioso es difícil de trazar. La tarea de las ciencias
    de la religión consiste en un trabajo científico que conjuga los datos
    empíricos, la intencionalidad religiosa y la experiencia del
    hombre religioso.

  • Instituciones y experiencia religiosa
    Los fenómenos religiosos se muestran como hechos, conductas,
    instituciones, ideas, cultura, cambios, etc., pero también como una
    apertura al misterio. No hay religión que no esté inserta socialmente;
    tampoco la hay sin la dimensión del misterio, cobre este término el
    sentido que sea. El enfoque sociológico es por tanto necesario y se
    efectúa desde diferentes perspectivas: desde la relación ortodoxiaherejía
    o, mirando las instituciones, desde el punto de vista del poder
    (y el distanciamiento del hombre religioso) o desde la necesidad de
    seguridad mediante la organización del pensamiento y la acción.
    También hay que tener en cuenta que las metodologías científicas
    son distintas, pero no necesariamente excluyentes; es mejor operar
    con ellas como aproximaciones complementarias a la realidad. Los
    enfoques sociológicos, sin embargo, son necesarios, pero insuficientes.
    El ser humano es multidimensional y hay que seguir las modalidades
    distintas y convergentes de su realidad. A través de ellas se
    deja notar la concreción del mysterium; las expresiones religiosas
    son un modo de nombrar lo inadecuado, lo que escapa al mundo de
    lo empírico. Por eso hay que tratar de conjugar los datos científicos y
    la manifestación del misterio y con ello sacar a la luz las lógicas distintas
    presentes en la plasticidad de la vida humana y que no quedan
    reducidas a la lógica tecno-económica.
    De una manera sencilla hay que hacer notar el cambio de las estructuras
    sociales de la sociedad moderna (especialización, complejidad,
    diferenciación) en que siempre persiste algo y siempre aparece
    lo nuevo y destacar la crisis general de las instituciones - también de
    las instituciones religiosas. Dos cuestiones: ¿Es posible una vida religiosa
    sin instituciones? Segunda: la complejidad de las relaciones interhumanas
    en nuestro contexto cultural –producción tecnológica,
    economía, burocracia, pluralidad de mundos de vida social– plantea
    con particular agudeza la dificultad del sentido en la existencia humana.
    Por ahí va una crítica de las instituciones desde el punto de vista
    sociológico y también un proceso de desconstrucción desde la experiencia
    religiosa (místicos, profetas). No cabe duda de la importancia
    de la institución para la identidad de los individuos y de los pueblos,
    pero la mecanización moderna despierta una crítica que no se apaga
    en el ser humano. De ahí una crítica sociológica y una crítica propiamente
    religiosa desde la misma experiencia de la religión.

  • Algunas dimensiones de lo religioso
    El misterio: es lo que las ciencias religiosas llaman lo numinoso –
    tremendum et fascinans– que provoca asombro, temor, admiración,
    confianza y lleva a la conversión o a un proceso de iluminación. Lo sagrado:
    un modo de ordenación o de sentido que supone una ruptura
    de nivel con respecto a la vida ordinaria, es algo superior y originario.
    Actitud religiosa: reconocimiento del misterio y búsqueda de salvación;
    escapa al control y así se diferencia frente a la magia. Experiencia
    religiosa: no se identifica con el conocimiento ni con la moral o una
    determinación social. Expresión: Mitos, ritos, oración, pureza...

  • ¿Qué significa lo transcendente?
    El hombre busca pasar del caos (muerte) al cosmos (la armonía):
    esa es la apertura al mysterium (lo desconocido) que encuentra en sí
    mismo y alrededor del él; sin embargo, no todo fenómeno religioso se
    mueve hacia la transcendencia. Puede orientarse hacia fuerzas inmanentes
    naturales. La apelación a la transcendencia es más propia
    de las religiones proféticas monoteístas y su signo es la apertura a lo
    absolutamente Otro. En esa búsqueda de lo Absoluto (Dios) se producen
    experiencias de lo incondicional que dan sentido a la propia vida.
    La religión es una intencionalidad transcendente de las cosas finitas
    hacia lo incondicionado que atañe al ser humano incondicionalmente.
    No tratamos de alargar la reflexión. Se puede abrir el debate
    sobre Dios y la religión; la crítica clásica de Feuerbach o Marx, de un
    lado o, del otro, cabe explicar el tema de la religación en Zubiri –anterior
    a la afirmación o la negación de Dios– o el carácter incondicional
    de la vida humana –el valor sagrado de cada vida humana– o la
    inexcusabilidad de la responsabilidad ética por los otros.


  • TEXTOS
    ”El hecho religioso designado con el término “religión” aparece en
    la historia humana bajo las formas múltiples y extraordinariamente variadas
    de las diferentes religiones atestiguadas en la historia de la humanidad.
    Las formas concretas que reviste son tan numerosas y tan
    diversas entre sí que no faltan autores que se preguntan si resulta
    operativo y suficientemente riguroso utilizar el mismo término para designar
    hechos tan diversos como las actividades mágico-religiosas
    atestiguadas por los documentos mudos de la prehistoria, la vida toda
    ella impregnada de sacralidad pero mezclada también de ribetes mágicos
    o animistas de las poblaciones pre-literarias o primitivas. Los
    mitos y cultos politeístas de las grandes culturas de la Antigüedad y
    las grandes religiones surgidas a partir del denominado tiempo-eje y
    que siguen orientando la vida de miles de millones de seres humanos
    en la actualidad. Incluso ateniéndonos a estas últimas, las diferencias
    entre hechos como el budismo y el hinduismo, por una parte, y el judaísmo,
    el cristianismo y el islamismo, por otra, son tan importantes
    que cabe preguntarse si resulta operativo y suficientemente riguroso
    designarlos con el término común de religión” (MARTÍN VELASCO, J,
    en VV AA: Religión, Madrid, Trotta, 1993 125)

    ”La etnología religiosa es una etnología de la práctica porque solamente
    a través de la práctica el hombre hace esfuerzos para captar
    las fuerzas transcendentes o para comunicarse con lo sagrado. Toda
    religión es un compromiso. Eso no quiere decir que no pueda ser, al
    mismo tiempo, un “conocimiento”, pero se trata de un conocimiento
    de otro tipo, al cual se llega mediante los intercambios vitales y no
    mediante los intercambios racionales de signos” (G. BASTIDE, citado
    por DUCH, LL.: Religión y mundo moderno, Madrid, PPC, 1995, 115)

    ACTIVIDADES
    – Comentar el film de Bergmann: El séptimo sello.
    – Dialogar sobre el sentido de lo religioso en la vida del hombre.
    – Hacer un intento de descripción de la experiencia religiosa.
    – Establecer un debate entre justificación y crítica a la religión.